Hablador

Por Antonio Almonte ([email protected]).-

El administrador de Punta Catalina tiene el talento de ser un abundante hablador y jablador a la vez. Y lo hace con naturalidad, de manera que confunde a cualquiera puesto que ni su rostro ni sus ojos dan señales de cuando dice mentiras o cuando cuenta verdades. Talentoso.

Por ejemplo, lo que denunció el PRM fue que en un informe de la consultora Grupo Canario SRL se afirma que la planta #1 de Punta Catalina no cumple las especificaciones técnicas ofrecidas por Odebrecht y pagadas por la CDEEE.

Que en lugar de entregar una potencia máxima bruta de 376 MW, operando dentro de los limites técnicos de diseño, la planta solo entrega 356 MW, 20 menos, y que para alcanzar los 376 MW la planta es forzada a inyectar un exceso de 62.29 toneladas/hora de vapor sobrecalentado a la turbina de alta presión, violando las especificaciones del fabricante, lo mismo ocurre con el factor de potencia del generador eléctrico que se fija en valor de 0.97 en lugar de 0.85 como ofreció Odebrecht.

Ese informe es del Grupo Canario SRL, no del PRM, y una copia del mismo fue entregado a la prensa el pasado jueves.

Canario fue contratado por la CDEEE mediante la licitación CDEEE/CCC/PEEX/2019-0004. Y fue contratado porque esas pruebas son imprescindibles para que Punta Catalina reciba la certificación del Organismo Coordinador del Sector Eléctrico (OC) que la autorizara operar comercialmente.

Más aún, en carta de fecha 4/2/2020, dirigida al OC el ingeniero Jeremías Santana, director de proyectos de generación de la CDEEE afirma que la prueba VEROPE realizada por Canario era ”valida en función de sus resultados”.

Sin embargo, el administrador de Punta Catalina, para confundir la gente dice que la CDEEE tiene un informe de pruebas que hizo la firma norteamericana McHale. Pero las pruebas de McHale son de otras cosas, no son las pruebas VEROPE, precisamente las que requieren el OC y la Superintendencia.

Precisamente por eso la CDEEE contrató a Canario. Pero el administrador, inveterado hablador, prefiere confundir citando datos y cifras que no vienen al caso.