Bosch, Leonel y Gonzalo

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De los tres grandes, le corresponde al maestro Juan Bosch la primacía de haber estudiado y analizado a profundidad la sociología política de nuestro país. Ello explica el que no se equivocara cuando elogió, en innumerables ocasiones, las condiciones de uno de sus discípulos llamado Leonel Fernández. Bosch dijo: «De los políticos que han llegado a la política impulsados por la vocación salen los grandes guías de sus pueblos…»

Mientras por un lado el comportamiento esquivo y extraño de Gonzalo Castillo, candidato ilegítimo de acuerdo a los hallazgos dados a conocer por la OEA en su informe más reciente, es percibido hasta por el más imberbe de los boschistas como un candidato presidencial portador de ideas débiles, confusas y embrollosas, sólidos argumentos que le impiden triunfar para una buena gobernanza; por otro lado, la conducta responsable y de vanguardia del líder y estadista Leonel Fernández, hacedor de una inteligencia emocional y de un dominio del discurso y del lenguaje político en tiempo de crisis, lo ha mantenido presentando diariamente soluciones viables y concretas ante esta pandemia que tiene de rodillas al mundo.

Las fuerzas vivas de la Nación, esas que siempre abogan por la paz y la convivencia pacífica, por el crecimiento y desarrollo continuo del país, están firmemente convencidas de que en los actuales momentos se necesita como nuevo presidente constitucional a un dominicano sagaz, sabio, conocedor de las complicaciones del Estado, de la categoría del doctor Fernández para así evitar caer en las profundidades de un mar oscuro y tenebroso.
Lo digo aquí y ahora.

De Juan Bosch haber estado aún con vida, rechazaría de manera radical la candidatura presidencial de Gonzalo y apoyaría sin reservas a quien él dijo había que cuidarlo y bautizó como si fuera una tacita de oro, Leonel Fernández, auténtico líder y hombre de Estado.

Por. Oquendo Medina.