Bosch y sus discípulos

Juan Bosch dijo una vez que quien aspira a la presidencia de la república debe saber hablar y debe saber callar. Y resulta que si el candidato presidencial del PLD no hace ni una cosa ni la otra porque la cúpula de su partido y sus estrategas de campaña así lo han determinado, estamos entonces ante la presencia de un engaño descomunal al pueblo dominicano.

Efectivamente. Por primera vez observamos cómo un candidato a la presidencia de la República rechaza, de modo contundente, todo tipo de acercamiento con la prensa radial, digital, escrita y televisiva. Con su comportamiento no solo ofende la inteligencia de la población sino, además, que insulta y menosprecia a los votantes que requieren escuchar y ver conceptualizar a sus candidatos.

Porque tarde o temprano tendrá que hablar aunque no lo desee. En medio de esta pandemia, la cúpula que anida en el PLD está jugando a convertir a un candidato mudo, negociante de la política, amante del populismo cruel y del clientelismo humillante, en un posible presidente sin el menor conocimiento del manejo del Estado en tiempo de crisis profunda capaz de hacer encallar en las rocas para luego hundir al más poderoso de los barcos.

Lo verdaderamente lastimoso para la sociedad dominicana es que quienes hoy dirigen los destinos del PLD están concentrados en tirar el pensamiento crítico y narrativo de Juan Bosch por la borda. Y lo están haciendo a una velocidad inimaginable ante el espanto y el espasmo de la sociedad dominicana. Y todo por dos razones: primero, la permanencia de la cúpula en el poder; y segundo, el tratar de obstaculizar el paso y descreditar al discípulo más aventajado de Bosch llamado Leonel Fernández, candidato presidencial de la Fuerza del Pueblo.

Por: Oquendo Medina.