Opinión
El contagio de Luis
Ningún candidato presidencial, mucho menos con posibilidades de ganar elecciones, desea enfermarse a 25 días de la celebración de las mismas. No obstante, se trata de un imponderable que, como tal, no depende de él ni de nadie. Una circunstancia de esa naturaleza modifica de manera sustancial el esquema electoral elaborado para el tramo final del proceso y, para los electores, el hecho ofrece nuevas variables para insertarlas en el análisis que deben hacer para la decisión a tomar en el certamen.
¿Qué es o debería ser una campaña electoral? Una representación de cómo actuarían los candidatos en la hipótesis de asumir las funciones para las cuales se postulan. En ese sentido, mientras más escenarios posibles surjan, mayores oportunidades para los ciudadanos de observar la conducta asumida por quienes les están solicitando su voto y, de esa forma, poder hacerse una idea de lo que sería su actitud ante un caso similar que ocurriese en el ejercicio de su cargo.
Eso es y eso simboliza la enfermedad que en estos momentos ha contraído Luis Abinader, y en ella se reúne una serie de elementos que permitirá no solo valorar su reacción ante un tropiezo imprevisto, sino también la del conjunto de sus asistentes que se supone lo estará acompañando en una potencial gestión gubernamental.
Luis y su equipo generan confianza
En este caso, se trata de un asunto personal, pero de innegable repercusión en la vertiente pública del afectado, tal cual podría ocurrirle al jefe del Estado. Imprevistos; sucesos fortuitos; enfermedades propias o de allegados; fallecimientos; fenómenos naturales; cambios en el ámbito internacional; estremecimientos en los mercados locales y foráneos; altibajos de los sistemas financieros, son algunos de los hechos que sin ninguna duda deberá enfrentar quien dirija el Estado y siempre será beneficioso tener una idea aproximada de su reciedumbre para lidiar con estas cosas.
Desde el momento en que el candidato y su equipo fueron informados del diagnóstico hasta hoy, el país ha sido testigo de su comportamiento frente a la noticia. La inmediata comunicación a la nación; su entereza para abordar la problemática; la confianza y optimismo ante el porvenir; el rol asumido por él en la continuidad de la agenda electoral dentro de las nuevas circunstancias; el papel desempeñado por sus colaboradores, de manera especial de su compañera de fórmula, constituyen indicativos de que estamos ante personas que generan confianza en su capacidad de gestionar crisis. Algo muy similar a gobernar. Salud.
Por¨:Pedro P. Yermenos Forastieri
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