En pública subasta

Por Claudio Acosta.

La denuncia, como todos sabemos, no extraña ni sorprende, pues el problema, en realidad, no está en el mítico Hombre del Maletín y las múltiples identidades que le han atribuido a lo largo de los años, sino en la falta de integridad y honradez de muchos de nuestros legisladores, que subastan sus conciencias al mejor postor. Tampoco sorprende ni extraña que esa denuncia se produzca cuando la oposición dice estar unida “monolíticamente” para rechazar la quinta extensión del estado de emergencia, porque la experiencia nos ha enseñado que demasiadas veces esas posiciones se asumen para elevar el costo de su voto durante la subasta. Pero aún así resulta desagradable leer en el periódico las declaraciones del diputado reformista Pedro Botello, que por lo mucho que rinde debería cambiar su apellido por el de Litro, en las que afirma que al menos 10 diputados se colocaron en “pública subasta”, dispuestos a escuchar ofertas del Gobierno para votar a favor de la resolución que volvería a prorrogar el estado de emergencia. La denuncia del diputado reformista fue desmentida de inmediato por el vocero de la bancada peledeísta en la Cámara Baja, Gustavo Sánchez, pero confirmada por el diputado de la Fuerza del Pueblo Orlando Espinosa, quien reveló que recibió una llamada de otro legislador informándole que el Gobierno está ofreciendo ¡10 millones de pesos! para votar a favor de la extensión. Será el próximo viernes, porque no se pudo reunir el quórum necesario para sesionar en el día de ayer, cuando los diputados volverán a reunirse para intentar aprobar o rechazar la solicitud del presidente Danilo Medina, por lo que no será hasta entonces cuando se sabrá si se pondrá fin, de manera definitiva, a un estado de emergencia que según la oposición solo sirve para que el candidato oficialista promueva, con ventaja y alevosía, su candidatura, o si el gobierno volverá a imponerla aunque le cueste –como suele decirse– un ojo de la cara.